miércoles, 10 de octubre de 2007
Cuantas veces hemos dicho " Esto no es para mi" o peor aun "No sirvo para esto"
Esta nota la extraje de una web española a la que constantemente accedo,es de Leo Alcalá un capacitador espectacular de esos que a los que estamos en venta directa nos gustaria tener cerca constantemente.La transcribo porque son frases que vengo escuchando periodicamente en boca de muchas mujeres perdiendose las grandes oportunidades que la vida les pone en frente.
Disfrutenla!!
La importancia de aprender a manejar las frustaciones por Leo Alcalá
Frustración. Eso era lo que mi hija —estaba experimentando. Lo expresaba con sonidos de altos decibeles que eran como la fusión de un rugido de cachorro de león con un quejido de dolor.
Habíamos estado jugando a lanzar una moneda al aire para ver si caía cara o sello. A ella le gustó la forma en que yo lo hice, haciéndola girar en el aire y luego atrapándola sobre una de mis manos, y quiso intentarlo. Pero le salió mal.
Así que aproveché la oportunidad para enseñarle. Pero su frustración inicial no la dejaba aprender. Llevé el proceso a su movimiento inicial más sencillo: disparar el pulgar hacia arriba—más tarde la moneda sería impulsada por este movimiento hacia el aire.
Nuevamente, la frustración que Maya alimentaba bloqueaba su proceso de aprendizaje.
¿Y cuántas veces te sucede algo similar?
Intentas algo nuevo. No te sale bien. Te frustras. Te juzgas incapaz. Abandonas el intento. Justificas tu decisión con frases como “Es que yo no sirvo para eso”.
Una de las emociones más importantes a aprender a manejar y canalizar constructivamente es la frustración. La vida nos pone en múltiples oportunidades ante esa expresión emocional—desde los encuentros con grandes fracasos hasta los tropiezos con simples decepciones.
¿Qué haces ante la frustración?¿Qué haces cuando te frustras?
Porque de que vas a experimentarla, vas a experimentarla. Tenemos naturalmente el ímpetu por crecer y lograr y desarrollarnos y alcanzar cosas más allá de lo que hoy somos. Y el juego de la vida nos entrega retos y obstáculos y limitaciones y adversidades. Así que no podemos escapar de encontrarnos, de vez en cuando, cara a cara con la frustración.
Pero la frustración puede conducirnos por varios caminos según nos relacionemos con ella. Tú puedes transformar tu frustración en depresión o en determinación, en abandono de tu deseo o en perseverancia, en rabia con lo que obstaculiza tu camino o en compromiso por fortalecerte ante las circunstancias.
¿Qué decides hacer?
La frustración puede matar la oportunidad de aprendizaje o darle vida a la tus posibilidades para crecer. En este sentido, la frustración—al igual que cualquier otra emoción—es un mensajero que nos llama a la acción. El mensaje que encierra es simple: confirma que te importa lo que has intentado, que todavía hay algo por aprender y que hace falta que perseveres con inteligencia.
Seguramente no lo recuerdas, pero intuitivamente tú hiciste un excelente uso de tu frustración hace mucho tiempo. ¿Recuerdas cuando dabas tus primeros y torpes pasos en tu intento por aprender a caminar? Seguramente no; tenías apenas unos meses de nacido. Pero no soltaste tu intención por aprender. Perseveraste. Y sabías que si te seguías dando la oportunidad, era tan sólo cuestión de tiempo y estarías haciendo uso apropiado de tu potencial motriz.
Tú no te juzgaste incapaz porque al intento número cuatrocientos ochenta y dos todavía te tambaleabas y te caías. Seguiste intentándolo. Y lo lograste.
Reitero el mensaje:
La frustración es parte natura del proceso de aprendizaje y evolución. Decide transformarla en fuente de energía con la que renovar tu determinación de éxito, no en excusa para apagar tu pasión por crecer.
No es la frustración lo que debes evitar, sino la rabia, la depresión o la apatía en la que puedes convertirla. Acepta que te frustras. Entiende su mensaje: te importa, tienes una nueva oportunidad para aprender, y es momento de perseverar.
Así podrás convertir en empuje aquello que antes te podía frenar.
Disfrutenla!!
La importancia de aprender a manejar las frustaciones por Leo Alcalá
Frustración. Eso era lo que mi hija —estaba experimentando. Lo expresaba con sonidos de altos decibeles que eran como la fusión de un rugido de cachorro de león con un quejido de dolor.
Habíamos estado jugando a lanzar una moneda al aire para ver si caía cara o sello. A ella le gustó la forma en que yo lo hice, haciéndola girar en el aire y luego atrapándola sobre una de mis manos, y quiso intentarlo. Pero le salió mal.
Así que aproveché la oportunidad para enseñarle. Pero su frustración inicial no la dejaba aprender. Llevé el proceso a su movimiento inicial más sencillo: disparar el pulgar hacia arriba—más tarde la moneda sería impulsada por este movimiento hacia el aire.
Nuevamente, la frustración que Maya alimentaba bloqueaba su proceso de aprendizaje.
¿Y cuántas veces te sucede algo similar?
Intentas algo nuevo. No te sale bien. Te frustras. Te juzgas incapaz. Abandonas el intento. Justificas tu decisión con frases como “Es que yo no sirvo para eso”.
Una de las emociones más importantes a aprender a manejar y canalizar constructivamente es la frustración. La vida nos pone en múltiples oportunidades ante esa expresión emocional—desde los encuentros con grandes fracasos hasta los tropiezos con simples decepciones.
¿Qué haces ante la frustración?¿Qué haces cuando te frustras?
Porque de que vas a experimentarla, vas a experimentarla. Tenemos naturalmente el ímpetu por crecer y lograr y desarrollarnos y alcanzar cosas más allá de lo que hoy somos. Y el juego de la vida nos entrega retos y obstáculos y limitaciones y adversidades. Así que no podemos escapar de encontrarnos, de vez en cuando, cara a cara con la frustración.
Pero la frustración puede conducirnos por varios caminos según nos relacionemos con ella. Tú puedes transformar tu frustración en depresión o en determinación, en abandono de tu deseo o en perseverancia, en rabia con lo que obstaculiza tu camino o en compromiso por fortalecerte ante las circunstancias.
¿Qué decides hacer?
La frustración puede matar la oportunidad de aprendizaje o darle vida a la tus posibilidades para crecer. En este sentido, la frustración—al igual que cualquier otra emoción—es un mensajero que nos llama a la acción. El mensaje que encierra es simple: confirma que te importa lo que has intentado, que todavía hay algo por aprender y que hace falta que perseveres con inteligencia.
Seguramente no lo recuerdas, pero intuitivamente tú hiciste un excelente uso de tu frustración hace mucho tiempo. ¿Recuerdas cuando dabas tus primeros y torpes pasos en tu intento por aprender a caminar? Seguramente no; tenías apenas unos meses de nacido. Pero no soltaste tu intención por aprender. Perseveraste. Y sabías que si te seguías dando la oportunidad, era tan sólo cuestión de tiempo y estarías haciendo uso apropiado de tu potencial motriz.
Tú no te juzgaste incapaz porque al intento número cuatrocientos ochenta y dos todavía te tambaleabas y te caías. Seguiste intentándolo. Y lo lograste.
Reitero el mensaje:
La frustración es parte natura del proceso de aprendizaje y evolución. Decide transformarla en fuente de energía con la que renovar tu determinación de éxito, no en excusa para apagar tu pasión por crecer.
No es la frustración lo que debes evitar, sino la rabia, la depresión o la apatía en la que puedes convertirla. Acepta que te frustras. Entiende su mensaje: te importa, tienes una nueva oportunidad para aprender, y es momento de perseverar.
Así podrás convertir en empuje aquello que antes te podía frenar.
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